Sentados en el sofá tapados bajo la manta, acurrucados com si no cupiéramos, dejando espacio libre a lado y lado. La excusa es una película de sobremesa. Inconscientemente comemos pronto para recoger la cocina y tener tiempo para escoger lo que queremos ver. Es sencillo, cero parafernalia pero es un lujo. ¡A menudo hace falta tan poco para ser feliz!