Estamos poseídos. ¡Hemos dormido más de 9 horas! Y los niños 12. Ni en mis mejores sueño hubiera podido imaginar tantas horas de descanso en horizontal pasadas las 7 de la mañana. Definitivamente los niños son mayores o nos ha tocado el gordo.
Recuerdo conocidas asegurando que sus retoños dormían más de 4 horas de un tirón, sobrinos que no abrían los ojos hasta pasadas las 10 y los nuestros seguían con ese reloj interno que no les permitía seguir en la cama a horas indecentes para plantar un pie en el suelo.
Últimamente habíamos notado como los días que estábamos arriba y abajo, trastocando horarios y alargando la hora de ir a dormir, se despertaban a las 8 como mucho y si teníamos suerte. Se ha acabado confiar en el despertador natural de los niños. ¡Por fin! Mañana costará levantarlos cuando toque pero no me preocupa lo más mínimo.
¡¡¡Aleluia!!!
Gracias evolución por dejarnos disfrutar del gusto de estar en la cama. ¡Gracias!