En una de las últimas macrocomidas familiares aluciné con la capacidad manipuladora de la hija de una prima. Pensé que era un don natural, pero con el tiempo y la experiencia estoy viendo que las criaturas aprenden de los mayores.
(1) Exterior. Parque. Momento foto. Él no mira a cámara y ella le dice:
– ¡Mira! ¡Peppa Pig está en el teléfono!
(2) Interior. Comedor. Sentados en la mesa. Él no se acaba la merienda.
– ¿Quieres ir al parque?
– Sí
– ¡Date prisa! ¡¡¡Acábate el plátano y vamos al tobogán!!!
Los pequeños son esponjas. Lo aprenden todo. Lo bueno y lo no tan bueno. Y los mayores tenemos mucho poder. Tú les dices No grites… Y ellos siguen gritando a la mínima, pero cuando alguien lo hace y les molesta, repiten tu No tienes que gritar, te entiendo mejor si hablas sin gritar…. A veces me asusta reconocerme en sus palabras.
Está claro que todo gran poder comporta una gran responsabilidad.