– Cuando sea mayor, el año que viene, cuando tenga 7 o 8… *
– Sí, hija…
– (…)
La percepción del tiempo siempre ha sido relativa pero para los niños y para los primeros años de paternidad/maternidad lo es aún más. Porque ellos no entienden el tiempo como lo estipulamos los adultos y porque para nosotros los sentimientos modelan calendarios y la intensidad acelera algunos procesos.
Hechos que demuestran la teoría:
– En 4 años he envejecido más que en 10 sin hijos.
– Cuando te estrenas como madre es tan increíble que parece imposible sentir tanta felicidad en sólo 24 horas.
– Los primeros 40 días no llegan nunca y cuando la cuarentena es un hecho te das cuenta que es una invención de hombres.
– Sus abrazos y besos siempre duran demasiado poco, hasta cuando te llenan de babas.
– Verlos sufrir se hace innecesariamente eterno.
– Noches consecutivas sin dormir por reclamos y lloros son torturas que nada tienen que ver con las fiestas acabadas con chocolate con churros y gafas de sol.
– Trayectos de 5 minutos (con niños) se convierten en travesías de dificultad media-alta.
– Se hacen mayores demasiado pronto y para tí siempre son tus pequeños.
* La niña tiene 4 años.