Los primos se quieren. Se ven poco pero cuando se reencuentran se abrazan. Te quiero, gritan. Me encanta verlos.
Estos días están haciendo un intensivo. Vivir lejos no facilita la familiaridad pero a ellos no les importa. Saben que son primos, sienten que son familia, es difícil explicarlo pero se nota. Funcionan como los amigos de verdad, cuando están juntos es como si no hubiera pasado el tiempo.
Los mayores estamos agotados con tanta intensidad, tantas emociones, tan pocas siestas y unas jornadas tan infinitas.
Deberían prescribir vacaciones para los padres después de las vacaciones navideñas.